martes, 20 de mayo de 2008

"DRACULA" 50 Aniversario II: STOKER VS. FISHER


Dos concepciones distintas y a la vez muy similares del mismo material. El "Drácula" de Terence Fisher propone una radicalización del esquema Browning (aun conservando ciertos elementos míticos, como el acecho seductor el vampiro tras los cristales de la ventana), y supone una vuelta a la concepción animal del personaje que encontramos en la novela. Pero una breve sistematización de parecidos y diferencias será más útil:

-En la novela Harker es un abogado que viaja al castillo para poner en orden los asuntos del Conde de cara a su próximo viaje a Londres, mientras que en el film es un cazavampiros, camarada de Van Helsing, que se cuela en la boca del lobo haciéndose pasar por bibliotecario. Alli se encontrará no con tres, sino con una vampira, que parece mucho más temerosa de Drácula que sus tres hermanas del libro. Harker perecerá en el castillo tras eliminar a la no-muerta. Y este suceso ocasionará dos bases de la trama inéditas en el libro: Primero la motivación de Drácula, que buscará a la familia de Harker para cobrarse a su vez una víctima femenina que sustituya a la que este mató. Y luego Van Helsing verá redoblado su afán de destrucción vampírica gracias al sentimiento de venganza. Ambos personajes, por tanto, se mueven por un deseo de satisfacción personal, inéditos en la novela. Según Stoker, el vampiro viaja a Londres -en el film no hay tal viaje- simplemente para propagar su enfermedad. Este vampiro, al ser más visceral, tiene pulsiones más humanas.

Para acabar con Harker, mencionar como en gran parte de sus apariciones se dedica a escribir cartas cuyo contenido se nos revela mediante la voz en off. Un recurso criticado por algunos cronistas que lo tachan de aburrido, pero que en mi opinión es un excelente guiño a la naturaleza epistolar del relato primigenio.

-Christopher Lee, en cambio, es un Drácula perfecto desde el primer plano. Un gentleman de ultratumba y presencia imponente que puede inspirar simpatía sin dejar de poner los pelos de punta, igual que el del libro. Si fuera más anciano y luciera un tupido mostacho sería sin duda físicamente perfecto para el papel. Sin olvidar que este es probablemente el único film que hace justicia al hecho de que el Conde es más una presencia sobrenatural que una criatura tangible. Al igual que en la novela, su protagonismo en los primeros momentos de la historia va dejando lugar después a un siniestro segundo plano. No importa que Lee no aparezca en pantalla, porque su demoledora presencia inunda incluso los planos en los que no se le ve. Y esa es uno de los mejores hallazgos de la obra de Stoker, casi nunca tratados en el celuloide. Se traslada desde su castillo hasta la morada de Arthur y Mina, que en este caso es cercana al castillo -se nos escamotea el viaje a Londres y se supone que toda la acción trascurre al algún lugar de centroeuropa, a pesar de que todos tienen un acento británico de impresión, como es obvio- y allí se convierte casi en un fantasma que inquieta más a cada nueva aparición.

-Desde luego uno de los elementos a los que más se recurre a la hora de analizar el film de Fisher es a su erotismo. Una sublimación de la pulsión sexual que en la novela se ve simplemente sugerida y es, en algunos casos, inexistente, a pesar de los ríos de tinta que han corrido referentes a los múltiples simbolismos de la historia de Stoker. Si lo que realmente consiguió la Hammer es la más perfecta representación gráfica de las intenciones de Stoker es algo que podría generar más de un debate, pero lo que si es innegable es como en esta ocasión los vampiros son más físicos y bestiales que nunca.

Mucha culpa del éxito inagotable del vampirismo como sub-género proviene del atractivo mundo que nos presenta esta clásica película. Con sus seducciones de ultratumba, su colorida sangre y su emoción intrínseca. Los ojos rojos de Drácula, la sugerencia de sus miradas, el placer que provocan sus mordiscos o momentos más explícitos como aquel en el que la vampira se relame en el suelo tras estar a punto de morder al -encantado- Harker, nos presentan una amoralidad bastante rupturista con el cine de vampiros que se conocía hasta la fecha. Y que desde luego enriquece (o amplia), la sugerencia de la obra stokeriana.

-Van Helsing, por su parte, es una creación totalmente nueva desde su también estupenda aparición en la posada del pueblo. Grabando sus impresiones en fonógrafo (como hace el, aquí ausente, doctor Seward en la novela), desplegando toda la artillería necesaria para combatir el mal y sin miedo a introducirse en la boca del lobo dispuesto a la lucha. Su encarnizada búsqueda del Conde nos muestra escenas tan memorables como el uso de la cruz para marcar la frente de la vampirizada Lucy –en el libro es Mina la que es marcada, en este caso con una ostia consagrada-, o aquel impagable momento en que se da cuenta que el ataúd de Drácula se encuentra en el sótano de la casa en la que vive Mina, bajo sus pies, haciéndole saltar como un resorte y lanzarse a la búsqueda del vampiro. La estupenda batalla final –muy deudora del cine de capa y espada-, fue una sugerencia del propio Cushing que otorgó gran dinamismo a una escena que se suponía iba a ser mucho más relajada y clásica en su consecución. El plan era que Drácula muriera de una estaca en el corazón, dentro de su ataúd, pero Cushing propuso la idea de los candelabros en forma de cruz y la destrucción del monstruo debido a los efectos de los rayos del sol. En la novela, Drácula muere en su ataúd a manos de Harker y del también ausente en Fisher Quincy Morris.


En lineas generales, como ya hemos comentado, se trata de una meritoria simplificación de la trama argumental de la novela: fusionando personajes, reduciendo los lugares en los que tiene lugar la acción y eliminando algunos elementos -Renfield, el viaje, el origen del vampiro etc...- pero sin perder en ningún momento su esencia. Y eso es, en definitiva, lo que más importa.

2 “Gooble gobble, one of us!”:

El Abuelito dijo...

...en fin... fuerza es reconocerlo... para ser película moderna de las de ahora, la verdad es que es un filme magno!

Dr. Eric Vornoff dijo...

Grandiosa película, e interesantísma esta serie de artículos, que no me pienso perder.